Se presentará un estado de trabajo en el que el rasgo elegido es el
del Tiempo en la Psicosis. La pregunta que suscita esta investigación es: ¿Qué
sucede en la estructura de la psicosis con el tiempo y el espacio? Es necesario
partir del tiempo de la cadena significante para luego continuar el recorrido hacia
las diferentes respuestas que el sujeto construye a partir de su ruptura, lo
que trae aparejado la introducción del enigma y el segundo tiempo: el del
esfuerzo de réplica.
Lacan señala que la psicosis no tiene prehistoria[1].
Se produce en determinado punto en el sujeto una quebradura que se enlaza a la
ruptura en la cadena significante. El primer tiempo es el llamado vacío
enigmático, que esta descripto por ser el momento de la perplejidad. Se
caracteriza por la ausencia de significación, sin embargo aquello significa,
pero no se sabe qué. Así lo manifiesta Lacan: “Se trata de un efecto del significante, por cuanto su grado de
certidumbre toma un peso proporcional al vacío enigmático que se presenta
primeramente en el lugar de la significación misma”[2], cuanto
mayor es el vacío, mayor es la certeza.
G. Brodsky[3]
ubica tres tiempos: la certeza de
significación (al mismo tiempo que hay vacío de significación hay certeza
de que eso significa algo, lo que tiene como resultado la perplejidad), la certeza de demanda (el Otro pide
algo, no sólo dice algo, demanda algo pero no se sabe qué, el sujeto se ubica
teniendo que responder) es en este punto en que se hace diagnóstico: al sujeto
eso le incumbe. La certeza de la falta en
el Otro (angustia ya que al Otro le falta algo).
Schreber escribe en sus Memorias: “un agujero en el tiempo” describiendo su muerte como sujeto, o sea
la discontinuidad que marca un antes y un después. Lacan indica que aquí se
produce el enigma, debido a que la separación entre significante y significado
es absoluta[4].
Un segundo tiempo se inaugura con la aparición de la alucinación o
del delirio. Si tomamos el ejemplo de Marrana, este es el tiempo de la réplica,
el que alcanza la paciente entre la frase “Vengo del fiambrero…”-se sabe que
algo significa, no qué, tampoco quién lo dice- hasta el momento de la
alucinación: Marrana, que surge como respuesta al primer tiempo de vacío.
Lacan especifica que el valor de la cadena esta determinada por el
después[5]. Sin
embargo lo que pone de relieve es el “tiempo de suspenso” refiriéndose a que la
cadena es en sí distributiva, por lo que hay un suspenso (con respecto a la
relación entre significante y significado) debido a que en el instante en que
la palabra es oída, es distribuida, a alguien se dirige. La pregunta que emerge
es: quién lo dice?. Se produce un intento de atribución[6],
aquello que es oído se intenta ubicarlo en una voz, lo que es interrumpido por la ruptura
de la cadena. Este tiempo de suspenso también podría
llamarse un instante permanente planteando
así un oxímoron[7], debido
a que el psicótico vive ese momento de indeterminación de la cadena rota de
forma permanente.
Se ubica como un segundo tiempo el de la atribución, aquello que la
voz enuncia y que le permite al sujeto responder, Miller lo manifiesta de la
siguiente manera: “estas voces que no son
audibles ocupan cierto tiempo para el paciente alucinado, llevándolo a
interrumpirse, con el oído aguzado (...) es un tiempo intrínseco, ligado a la
sucesión de la cadena significante”[8]. La voz se asienta en la realidad por el tiempo, no por la audición, debido a que no
se la oye. Es en el cuento La Horla[9],
de Maupassant, con
la que continuaré esta investigación, el cual ilustra
por un lado la pérdida de los referentes del tiempo y del espacio, dando cuenta
de los diferentes tiempos en la psicosis.
[1] Lacan: El Seminario, Libro 3,
Las Psicosis. Editorial Paidós. Buenos Aires. 2004.
[2] Lacan: “De una Cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la
psicosis”, en Escritos 2, Siglo
Veintiuno Editores Argentina, Buenos Aires, 2008. Pág.516.
[3] Brodsky, G.: “Segunda Conferencia” en La transferencia en neurosis y psicosis. Asociación del Campo
Freudiano de Bolivia. Plural Editores. 2000. Pág. 85/86.
[4] Miller y otros: “De la sorpresa al enigma” en Los
inclasificables de la clínica psicoanalítica. Editorial Paidós. Buenos
Aires. 2005. Pág. 24. Allí se refiere a que debido a que la separación entre
significante y significado es relativa en la neurosis el efecto es de sorpresa,
mientras que el enigma correspondería a la psicosis.
[5] Shifter: término que da cuenta de que para que la palabra tome
sentido es necesaria la atribución del mensaje.
[6] Naveau: “El tiempo de suspenso en la psicosis” en La psicosis y el vínculo social. Editorial
Gregos. Madrid. 2009. El guión de réplica, definido como aquello que le otorga
al diálogo su temporalidad, ritmo, allí hay un intento del sujeto de darle una
significación. Pero eso se ve interrumpido. De allí la incertidumbre en la
psicosis. En Lacan: “De una Cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
la psicosis”, en Escritos 2, Siglo
Veintiuno Editores Argentina, Buenos Aires, 2008. Pág. 513.
[7] Borges: “En la figura que se
llama oxímoron se aplica una palabra epíteto que parece contradecirla, así los
gnósticos hablaron de una luz oscura, los alquimistas de un sol negro”.“El
Zahir” en El Aleph..
[8] Miller: “Clínica diferencial de las Psicosis”, 25 de Junio de 1987
en Seminario Jaques-Alain Miller,
Cuaderno de resúmenes enero 10987-marzo1988. Matemas e Historia del Psicoanálisis.
Instituto del campo Freudiano. 1991.
[9]Dice: “regreso
desolado..como si una desgracia me esperase en mi casa” “Tengo continuamente la sensación de un
peligro que amenaza…el presentimiento suscitado por el comienzo de un mal aún
desconocido que germina en la carne y en la sangre.””me invade una inexplicable
inquietud, como si la noches ocultas una
terrible amenaza para mí..no comprendo las palabras y apenas distingo las
letras” “se que estoy acostado y que duermo, lo sé..y siento también que alguien
se aproxima, me mira me toca, sube sobre la cama y tomando mi cuello aprieta y
aprieta…para estrangularme””me parecía que una fuerza desconocida me detenía,
me paralizaba, impidiéndome avanzar” “Él no ha aparecido más, pero lo siento
cerca de mí. Me espía, me mira, se introduce en mí y me domina””los huesos
parecen tan blandos como la carne y la carne, tan líquida como el agua..carezco
de fuerzas y de valor; no puedo dominarme y ni siquiera puedo hacer intervenir
mi voluntad. Ya no tengo iniciativa, alguien lo hace por mí, y yo obedezco”
“Alguien ordena todos mis actos, mis movimientos y mis pensamientos. No soy más
que un espectador prisionero..debo quedarme en el sillón donde me obliga a
sentarme” “ha llegado el…el…¿cómo se llama?...el…parece que me gritara su
nombre..escucho…el Horla” “esta en mí..se convierte en mi alma..lo mataré” “no
hay duda…no ha muerto…entonces tendré que suicidarme”
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