Tomando en cuenta el rasgo elegido
“tiempo y repetición” planteo algunas preguntas que orientaron la lectura y fueron surgiendo a
partir de la escritura. ¿Cómo pensar el tiempo en juego en la repetición? ¿Es
posible abordar la repetición freudiana desde el pensamiento clásico occidental
o es necesaria la construcción de otra lógica, otra física-matemática, para
poder dar cuenta y escribir acerca del tiempo, la repetición, la identidad para
el psicoanálisis? Para ello, tomaré el apartado del Tiempo (I.Kant)[1] y las primeras clases del
seminario de la identificación (J.Lacan).
En dicho apartado Kant expone sus
ideas acerca del tiempo: “el tiempo no es
un concepto empírico que se derive de una experiencia. Pues la coexistencia o
la sucesión no sobrevendrían en la percepción, si la representación del tiempo
no estuviera a priori en la base. Solo presuponiéndola es posible representarse
que algo, sea en uno y el mismo tiempo (simultaneo) o en diferentes tiempos
(sucesivo).”1
Por lo tanto es ubicando la
simultaneidad y la sucesión, que no se pueden percibir a partir de la
experiencia, que Kant propone que la representación del tiempo debe tratarse de algo con lo que debe contarse a priori
(entendiendo a priori como lo que no deriva de la experiencia).
Plantea que las intuiciones puras
serán independientes de la experiencia.
Son ordenadoras de la sensibilidad, con la cual se captan los estímulos que
provienen de los objetos. Dirá, a su vez, que no se trata de un concepto del
discurso, sino de una forma de la intuición.
Kant piensa la noción de tiempo
como una recta, una sucesión lineal. Por lo tanto cuando aborda el concepto de
cambio y de movimiento lo pensará en este sentido: lo mismo puede cambiar solo
en el desarrollo del tiempo sucesivo, de otro modo nos encontraríamos con una
contradicción.[2]
Lacan retoma en el seminario de la
identificación, la estética trascendental kantiana. En este seminario trabajará
acerca de la identificación, para ello, revisará las categorías clásicas de
tiempo y espacio; cómo se las piensa a lo largo de la historia y si es posible
pensar el psicoanálisis desde las mismas.
En dicho seminario Lacan plantea
que las categorías kantianas están construidas a partir de una noción dominante
que proviene del pensamiento filosófico clásico. La función del uno.
“La función del Einheit (unidad), fundamento de toda síntesis (…) que
parece imponerse desde la mitología platónica como la vía necesaria: el Uno, el
gran 1 que domina todo el pensamiento desde Platón a Kant, el Uno que para
Kant, en tanto función sintética, es el modelo mismo de lo que toda categoría a
priori aporta consigo, dice él, la función de una norma, de una regla
universal” (…)
Surgen algunos interrogantes
posibles: ¿Cómo pensar la repetición (como identidad, diferencia) desde un
espacio unidimensional y un tiempo lineal? Cómo podría explicarse, desde este
modelo, la compulsión a la repetición, si el tiempo es un línea sucesiva?
Lacan continúa planteando: “La función del Uno en la identificación,
como la estructura y descompone el análisis de la experiencia freudiana es, no
la del Einheit, sino la que denominé el rasgo unario. (… ) Algo totalmente
distinto al círculo que agrupa (…) a saber lo que denominé un 1: ese trazo que
soporta, encarna, la diferencia como
tal.(…) La inversión de la posición alrededor del Uno hace que de la unidad
kantiana pasemos a la unicidad expresada como tal (Eizigkeit). [3]
Entonces la identidad en vez de
definirse por una cualidad, o por ser idéntica a sí misma (el Uno totalizante),
se definiría por lo que no es: 1 uno, un trazo de la cuenta que soporta en si
la diferencia. Diferencia que no se apoya en lo cualitativo, sino que se define
por no ser el otro.
Alejandra
Rossi
2) “El tiempo no tiene más que una dimensión; diversos tiempos no son a la
vez, sino unos tras otros. Estos principios no pueden ser sacados de la
experiencia. Estos principios nos instruyen antes de la experiencia y no por
medio de la experiencia” [1]
Idem.p.34
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