19.4.11

Cartel: El psicoanálisis a tiempo                                                   

*El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada.
 Un nuevo sofisma. (J. Lacan)
*Intervención sobre la transferencia. (J. Lacan)
*Los usos del lapso (J-A. Miller)
*La transitoriedad (S. Freud)

Mientras Freud caminaba un día junto a un amigo y de un joven poeta, éste último se encontraba preocupado por la idea de que todo aquello ahora bello estaba destinado a desaparecer, derrumbarse, a morir. La transitoriedad misma de las cosas, quitaba su valor.
Freud, por su parte, opinaba lo contrario, produce un aumento de valor. “El valor de la transitoriedad es el de la escasez del tiempo. La restricción en la posibilidad del goce lo torna más apreciable… En lo que atañe a la hermosura de la naturaleza, tras cada destrucción por el invierno ella vuelve al año siguiente, y ese retorno puede definirse eterno en proporción al lapso que dura nuestra vida”. Todo aquello bello que admiramos solo tiene una  “significación para nuestra vida sensitiva; no hace falta que la sobreviva y es, por tanto, independiente de la duración absoluta”.  Para Freud, el tiempo y la castración, van de la mano.
Cuando Miller en 1999 se interesa para trabajar en su curso la cuestión del tiempo, propone abordarlo de la noción proveniente del latín, lapsus, El lapso, significa: deslizamiento, fluir, transcurrir; y derivado también del verbo labi, caer.
Compara entre el lapso poético situado entre la palabra y la cosa, el poeta que busca esa equivocación organizada, y el lapso psicoanalítico, entre la palabra y la idea entre ste. y  sdo., entre ste y ste, atravesado por la equivocación padecida, la equivocación del lapsus “que nos cae encima y nos sorprende[1]. “Se trata de ese lapso que no viene a habitar la emoción poética sino, más sobriamente, y a veces más ferozmente, la interpretación psicoanalítica”.
Es decir, existen acontecimientos que son previstos y ex-sisten los imprevistos; retomaremos esto, más adelante.
Entonces, se pregunta, Miller, en qué consiste un análisis (neurosis), sino en “transformar la repetición, la necesidad de repetición, en la contingencia de la interpretación, transformar el inconciente-repetición en sujeto supuesto saber y, por esa misma vía, introducir la función del tiempo en el inconsciente[2].
Freud tomaba al inconsciente como aquel que no conoce el tiempo, que repite siempre lo mismo, cualquiera sea el tiempo pasado. Freud piensa al inconsciente tópicamente, ubicado espacialmente (lugares psíquicos, primera y segunda tópica.), Lacan, por su parte, no hizo tópicas, sino grafos, temporales, entendiendo lo reprimido en lo no realizado, want to be, demanda de ser consciente, dice Miller.
A partir de aquí se presenta al saber (como verdades que no se modifican con el curso tiempo), un Icc.-todo escrito; escapando a ser afectado por los acontecimientos, por lo cual quedaría tan solo la contemplación de su presencia “en su contemporaneidad respecto de sí mismo”[3].

Tiempo psicológico/ Tiempo lógico
Cuando Lacan trabaja acerca del tiempo, no lo hace desde el tiempo de la psicología, sino desde un tiempo lógico y dialéctico. Es decir, no toma el tiempo psicológico de la conciencia, el tiempo vivido, sentido, de la duración, del sentimiento del tiempo que da la sensación de la sucesión la percepción de lo que viene después de otra cosa. Sino que, a partir de la relación dialéctica, articular el saber y el tiempo.
Miller toma la idea aristotélica, no hay tiempo sin cambio, “… cuando no experimentamos ningún cambio, cuando no tenemos conciencia del cambio, no nos parece, dice Aristóteles, que haya pasado tiempo alguno”[4], por lo tanto, el instante es sólo una duración en la que no tenemos conciencia de ninguna sucesión, de ningún cambio.

“El tiempo lógico…”[5]
Cuando a Lacan le proponen colaborar  y trabajar respecto a un problema de lógica, introduce la lógica temporal, algo nuevo agregado a este sofisma, ya que para la lógica clásica, las soluciones se las sitúa fuera del tiempo (por ej; pensar las matemáticas accediendo a verdades fuera del tiempo). Lacan, al introducir al Otro,  liga los sujetos de pura lógica respecto al tiempo. Un sofisma se define como un error lógico. Disciplina que destaca la falla lógica (significante que falta al Otro).
Presentación del problema
*El  director de la cárcel comunica a los tres detenidos, que por razones que no tiene por qué explicar debe poner en libertad a uno de ellos, para esto propone el problema a resolver, aquel que lo resuelva y fundamente su conclusión (no hay lugar para las probabilidades), cruzará la puerta, y será juzgado por su respuesta. Aceptada la propuesta, se le coloca a cada uno un disco blanco, tres discos blancos para los tres sujetos (sin utilizar los dos  negros de los que se disponen). Dichos discos están fuera de su propia mirada, no está permitido comunicar entre ellos el resultado de su inspección.*
La solución perfecta
(P.188)
(A, B y C, son presentados como homogéneos, impersonales, cada uno como el reflejo del otro)
Desarrollo abreviado del planteo conclusivo
Lacan presenta una primera hipótesis:
1)      Se presenta el hecho de que A observa que ni B ni C salen, entonces permite a cada uno pensarse como blanco; hay vacilación, entonces convicción de ser  un blanco (ya que quienquiera que viese dos negros excluiría la vacilación). Primera etapa de deducción de A
2)      A, tiene el derecho a pensarse como blanco, ya que si él fuese negro los otros no tardarían en saberse blancos y deberían salir, entonces tiene que abandonar esa idea apenas formada, ya que en ese momento en que es movido por ella, ve a los otros hacer el mismo ademán que él.
Esto provoca la detención; éste es el dato fundamental que permite comprender el problema y alcanzar el momento de concluir, Lacan dice, “que el acto que suspenden manifiesta esa conclusión misma”[6]. Para alcanzar con rigor la conclusión del problema lógico, es necesario que se integre el valor de las dos escansiones suspensivas, esto se distancia de la lógica clásica, ya que en ésta última, se concluye al ver de un solo golpe la solución (del instante de ver al momento de concluir), se maneja con una concepción especializada.
Por el contrario, al hacer entrar el juego de los significantes prevalece la estructura temporal. Las mociones suspendidas escapan a lo que simplemente se ve, sino que positivizan lo que no se ve (dato clínico), en este caso, los dos discos negros. Lo que importa no es una combinatoria binaria entre dos combinaciones yuxtapuestas en lo inerte, sino que prevalece el movimiento (o, lo que es lo mismo, su detención) del otro.

Tres momentos de la evidencia (no cronológica ni espacializada, la instancia del tiempo se presenta de un modo diferente en cada uno de estos tres momentos, presentándose entones una discontinuidad tonal, dice Lacan).
a) El instante de la mirada:
Estando ante dos negros, se sabe que soy blanco”.
Valor instantáneo, el tiempo de fulguración se equipara a cero.
Miller propone un no-tiempo, no se tiene en cuenta el movimiento del otro. La duración es cierta.
b) Tiempo para comprender:
Si yo fuese un negro, los dos blancos que veo no tardarían en reconocerse como blancos”.
Lacan dice que es una intuición por la cual el sujeto objetiva algo más que los datos de hecho (ver a dos blancos); supone una duración. Este tiempo objetivado conlleva un límite que se tambalea (puede reducirse al instante de la mirada o todo el tiempo necesario para comprender), la acción queda suspendida ya que son sujetos indefinidos salvo por su reciprocidad, objetivados.
Miller agrega que importa el movimiento del otro, la espera, la detención, la duración es incierta.
c) Momento de concluir:
“Me apresuro a afirmar que soy un blanco, para que estos blancos, así considerados por mi, no se me adelanten en reconocerse por lo que son”.
Luego de tambalearse el tiempo que sostiene al sujeto objetivamente, aparece la prisa, y la urgencia por concluir. El aserto alcanzado, como consecuencia de la decisión de un juicio, dirá Lacan
Miller opina que desaparece la marca objetiva del tiempo (del Otro).
reaparece el tiempo objetivo de la intuición inicial del movimiento que, como aspirado entre el instante de su comienzo y la prisa de su fin, había parecido estallar como una pompa”[7].

Es decir que en la primera suspensión, se presenta la imposibilidad de juzgar en que sentido había concluido, manifiesta una incertidumbre de su conclusión.
En la segunda suspensión, la certidumbre subjetiva del momento de concluir, se pone otra vez en duda, pero esta vez se sostiene en la objetivación del tiempo para comprender, es decir que ese tiempo subjetivo al momento de concluir de objetiviza finalmente.
 El acto realizado es más allá del otro, si no se actúa no se puede alcanzar la conclusión. Es decir, la conclusión misma agrega el dato de mi acto, para demostrar la lógica del mismo, sino se concluye de hecho no se concluye de derecho. Aquí el sujeto se aísla de la relación de reciprocidad a-a´, en ese riesgo, es ese  vacío, el que causa el acto y al sujeto hacerse complemento de este acto.
La diferencia de la solución de Lacan respecto de la lógica clásica, es que al dialectizar el problema, introducir a los otros, al Otro, los datos iniciales quedan modificados, se absorben en cada tiempo siguiente, posibilitando, así, la solución del sofisma.

Algunas conclusiones e interrogantes
-El desarrollo de Lacan, y seguido por Miller, nos plantea cómo la certeza del acto permite al sujeto (neurótico?) salirse de la posición de espectador de su vida, muestra que no alcanza el instante de ver ni el tiempo para comprender.
-También evidencia que lo real (datos iniciales?), mediante la transferencia (con Otro), al recorrer la cadena significante por dónde el sujeto hace su trayecto, se alcanza a modificar algo de su relación con lo real (algo se modifica y permite salirse del problema, …por un rato).
-Lacan toma la transferencia, en esta época, como acontecimientos semánticos respecto a la aparición de la referencia libidinal de a, dice Miller. Es por esto, que este texto está junto  a “Intervención sobre la transferencia” (inversiones dialécticas en el caso Dora). Hacer de la repetición, mediante la transferencia, la introducción del tiempo en el Icc.
-Cómo pensar la ética y el acto analítico, respecto al vacío que se presenta en el momento de concluir. Miller propone, además de la decisión, el coraje.(¿?)
-Miller trabaja la diferencia entre el Acontecimiento Previsto [8](apoyado en los semblantes, obedecen a una ley, ritos, pautas, el encuadre de la sesión analítica, casamiento, etc.) y el Acontecimiento Imprevisto (aquello que hace vacilar los semblantes, cae de improviso). Sin embargo no hay acontecimiento que no se sitúe en un discurso, dice Lacan;  previamente la existencia de un discurso sostener  la espera del acontecimiento previsto o para que sea posible presentarse aquello que desrregula lo esperable.
¿Y el acto, en qué se acerca o se aleja d esto? “Un acto es un acontecimiento del que suponemos que alguien es el agente. La categoría de acontecimiento, desborda la del acto, puesto que hay también lo impersonal del acontecimiento: eso ocurre, pasa”[9].
El acto analítico, aunque también provisto de semblantes, se diferencia en que intenta tocar lo real, y lo que suscita es el horror y no el amor de los recién casados.

-         Me pregunto cómo diferenciar entre el sentir, el vivir, la percepción y la experiencia (que nos traía I. Penecino)?
  • Para terminar y llegar a alguna conclusión posible, se hace necesario entender que (a diferencia de la conciencia  transparente y el todo es posible, de Sastre), Lacan puede ver la posibilidad de una salida, solo respecto a los otros, es decir una lógica colectiva con sus opacidades  que tiene en cuenta  las particularidades.


                                                                                                                        R.G.Q.
                                                                                                                       29/8/2010



[1] Miller, J-A. “Los usos del lapso”, p.89. Curso de 1999.
[2] Miller, J-A. “Los usos del lapso”, p.228. Curso de 1999.
[3] Miller, J-A. “Los usos del lapso”, p.230 Curso de 1999
[4] Miller, J-A. “Los usos del lapso”, p.232 Curso de 1999
[5] Lacan, J. “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”, p. 187. Escritos. 1945.
[6] Lacan, J. “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”, p. 191. Escritos. 1945.
[7] Lacan, J. “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”, p. 198. Escritos. 1945.
[8] Miller, J-A. “Los usos del lapso”, p.178. Curso de 1999
[9] Miller, J-A. “Los usos del lapso”, p.211. Curso de 1999

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